Descubre algunos mitos y realidades de este artículo de cocina
Seguramente has escuchado que cocinar o calentar la comida en el microondas causa cáncer o mutaciones, y quizá te has preguntado cuánto de cierto hay detrás de esos rumores y leyendas.
Aquí comentaremos algunas de ellas para que te sientas más segura a la hora de utilizar tan práctico aparato.
No usar plástico en el microondas
Aunque las historias sobre tragedias causadas por meter recipientes de plástico al horno son exageradas, es verdad que al calentarse en contacto con las grasas de la comida, se liberan toxinas que pueden contaminar los alimentos, pero existen recipientes plásticos que son seguros para usarlos en el horno, y así lo indican las etiquetas.
La radiación del microondas destruye el valor nutricional de la comida
La comida pierde nutrientes al calentarla, a eso se le llama cocción, y no importa si es en microondas, en horno convencional, en estufa de gas, al carbón o en fogata. El calor provoca que las proteínas coagulen, que los carbohidratos se caramelicen, que las vitaminas se desintegren y que los minerales se disuelvan. Por eso se recomienda comer frutas y verduras crudas.
No usar objetos metálicos
Los objetos de metal evitan la circulación correcta de las microondas, ya que funcionan como antenas que alteran los campos electromagnéticos del horno, provocando un show de chispas. Lo peligroso es que si estas chispas tocan alguna parte importante del horno, éste puede descomponerse y tendrás que usar uno nuevo.
No hay que mirar por la ventana del horno
Algunas personas creen que la fuga de radiación puede dejar ciego a quien se asome por la ventana, pero la verdad es que esa ventana es la parte más protegida del horno, incluso contiene una rejilla metálica para evitar las fugas, las cuales cuando ocurren son mínimas y no causan ningún daño.
Los hornos de microondas provocan cáncer
Completamente falso. El horno lo que hace es calentar, es su única función. Pero calentar la carne a más de 200 °C, se forman hidrocarburos policíclicos aromáticos, que sí son cancerígenos en cantidades suficientes. Lo que provoca que un alimento se vuelva cancerígeno no es el horno sino el calor, y da igual que lo calientes en el microondas o en un sartén, si se quema, podrá volverse dañino.
Ahora ya lo sabes, si no calientas demasiado los alimentos y lo usas adecuadamente, el horno es uno de los instrumentos de cocina más útiles y prácticos que puedes tener.
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