Aprende a hacerlo de una forma sencilla.
En artículos anteriores, hablamos de la descongelación y de la necesidad de hacerlo correctamente para que los alimentos conserven sus nutrientes, así como su sabor y textura. En esta ocasión es el turno de las verduras y frutas.
Las verduras, legumbres y hortalizas se descongelan sumergiéndolas en agua hirviendo a la que se le ha añadido un poco de sal. Posteriormente, cuando vuelva a soltar el hervor, se deja así por espacio de 8 minutos, excepto las espinacas que sólo necesitan dos. Pasado ese tiempo se escurre la verdura y estarán listas para ser consumidas. Las verduras cortadas en rajas o rodajas, se pueden guisar directamente sobre la cazuela, con un poco de aceite o mantequilla. O si van a ser parte de un guiso, se pueden a poner a hervir en la salsa que éste contenga. Aun así, siempre hay que poner atención a las indicaciones del fabricante, ya que algunos cultivos necesitan ser descongelados por otro método, aunque son pocos.
Las frutas pequeñas pueden ser consumidas directamente, en caso de que se utilicen para hacer mezclas, como en el caso de los licuados y aguas de sabor. Si se desean consumir solas, es necesario descongelarlas en el refrigerador. Cuando se utilizan para algún guiso, se pueden descongelar directamente en una cacerola a fuego suave.
¿Qué te parecería consumir un rico licuado de fresa todos los días? Cuéntanos, ¿qué otra fruta te gustaría tener en tu refrigerador?
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