¿Es aceptable que otro adulto le llame la atención a tu hijo? ¿Qué tan positivo (o negativo) es que otras personas traten de educarlo o ponerle ciertos límites? ¿Los padres son los únicos que pueden hacerlo?
Estas preguntas no tienen una respuesta absoluta y única, sino que se trata de decisiones personales y familiares.
La educación familiar
Tu familia ha establecido sus propias reglas, y lo que es admisible en tu casa, no lo es necesariamente en la de otros, incluyendo a tus hermanos; lo que otras familias permiten a sus hijos, tal vez tú no lo harías nunca.
Las reglas familiares se basan en los valores compartidos y los roles que cada uno cumple. Lo básico es que los padres mantengan su autoridad y los niños sepan acatarla.
El conflicto puede surgir cuando necesitas que alguien más se quede al cuidado de tus hijos (no importa la razón; puede ser desde ir a una fiesta hasta una emergencia médica). Digamos que su tía se ha quedado con tu hijo, y que sus valores y estilo de cuidado son diferentes a los tuyos. ¿La tía debe permitirle a tu hijo hace cosas que ella no acepta, o debe prohibirle hacer cosas que tú aceptas?
De nuevo, la respuesta no puede ser la misma para todos los casos.
Educación variada
Una ventaja de que alguien más los cuide, es que los niños conocerán otras formas de relacionarse con las personas, otra gama de valores e ideas, y esto les ayudará a desarrollar la tolerancia, el respeto y la empatía.
Antes de dejarlos al cuidado de otro adulto, es importante que hables con ambos: tus hijos y su cuidador. Así, pueden llegar a un acuerdo aproximado de lo que se puede o no hacer, pero jamás debes imponer tus propios valores. No olvides que te están ayudando a cuidar a tus hijos, que son tu responsabilidad, y que debes ser tolerante y respetuosa con quien te ofrece esa ayuda.
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