En ocasiones, los gatos se pasan de huraños y malhumorados, y cuando tratas de jugar con ellos, no sólo no responden como esperas, sino que se ponen muy agresivos, llegando a atacarte.
Se trata de un juego de caza, la forma en que estos animales aprenden a cazar, que es parte de su naturaleza, por más domesticados que estén. Cuando hay más de un gato pequeño o joven, el juego se dará entre ellos, y no por lo general con nosotras.
Cuando esto ocurre, el juego tiene un nivel de agresividad más controlado, los mordiscos y zarpazos se inhiben sin buscar causar daño, sólo es un entrenamiento para el futuro cuando los necesiten.
Pero si tu gato se muestra más agresivo de lo normal y te ataca cuando juegas con él, incluso si es él quien comienza el juego, no cometas el error de castigarlo con un golpe o con gritos, pues esto de nada sirve sino que empeora la situación.
El gato se sentirá más nervioso y si presiente una amenaza, no dudará en defenderse con todas sus fuerzas y astucia, lo que puede llegar a ser muy doloroso para quien resulte víctima de su mal humor. Tampoco le des alimentos o golosinas, el animalito pensará que estás premiando ese comportamiento y reincidirá.
Si esto es frecuente, es necesario acudir con el veterinario o con un experto en comportamiento animal para determinar si se requiere de algún tratamiento.
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