A los 3 años, un niño ya está listo para aprender a contar y a distinguir los colores por su nombre. Es el momento de enseñarle, pero esta tarea no debe ser aburrida, sino divertida para que adquiera el conocimiento con gusto, y no lo vea como algo desagradable.
Te sugerimos estas actividades para que se diviertan aprendiendo:
Reconocer los números
Antes de aprender a contar, debe reconocer los números y distinguirlos entre sí. Para que se le facilite esta labor, dibuja los números en una cartulina, cada uno con un tamaño grande. En una cajita de arena o en un pizarrón cubierto de polvo de gis, hazlo dibujar los números con su dedo, en tamaño grande. Así los irá reconociendo y notará la diferencia entre ellos.
Contar
Cuando aprenda a reconocer los números, podrá aprender a contar más fácilmente y a entender el concepto de cantidades. Una forma sencilla de que adquiera este conocimiento es con juegos de bloques de construcción. Tú lo puedes guiar, diciéndole que coloque una pieza, luego que coloque dos piezas, luego tres, y así sucesivamente hasta que pueda contar hasta diez. También le puedes pedir ayuda para poner la mesa, y preguntarle cuántos platos cree que debe colocar.
Esto lleva tiempo, no te angusties si se le olvida lo aprendido o lo confunde, poco a poco reconocerá bien los conceptos que encierra cada número.
Los colores
Es más fácil que reconozca los colores uno a la vez. Elige un color para un día, ponle ropa de ese color, y dile cómo se llama. Por ejemplo, el rojo. Ponle una playera y unos zapatos rojos y dile: “Rojo”, luego muéstrale una manzana, un cochecito, una flor y cada objeto que te encuentres con ese color y repite. “Rojo”. Poco a poco comprenderá que “rojo” es el nombre del color y no del objeto.
Cuando comience a identificarlos, dile frases más complejas, que incluyan género y número, por ejemplo: “la pelota es roja”, “las fresas son rojas”, “el camión de bomberos es rojo”, “los chiles son rojos”.
Un favorito de los niños es señalar los autos de un mismo color. Pídele que cada vez que vea un coche azul diga: “coche azul”, y quien encuentre más coches azules, gana un dulce (consejo: déjalo ganar).
Una forma más abstracta, y que además ejercitará la memoria y su capacidad de simbolización, es contarle un cuento y que él diga de qué color son las cosas que se describen en el cuento. Si es un cuento en un bosque, reconocerá el cielo azul y los árboles verdes.
Si desde pequeño lo estimulas, ¡llegará muy lejos!
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