Es normal que los hermanos se peleen y discutan por cualquier cosa, y también es normal que después de unos minutos ya estén como si nada. Pero a veces, los conflictos pueden crecer, y es importante evitarlo.
No intervenir
Cuando sea posible, deja que ellos mismos arreglen sus problemas. Eso les enseñará a interactuar con otras personas. Claro que si ves que el problema empeora, debes intervenir y ayudarles a resolverlo.
No hay que buscar al culpable
Enséñales que no se trata de ver quién tuvo la culpa (tampoco tú lo busques), pues señalar a un culpable no resuelve nada y genera rencor. Si se necesita un castigo, debe ser para ambos, sin importar quién empezó, pues así entenderán que buscar culpables no es importante, pero aprender a resolver los conflictos, sí lo es.
Que ellos decidan
Fomenta la necesidad de resolver el problema ellos mismos, por ejemplo si pelean por un juguete, tómalo y no se los entregues hasta que ellos se pongan de acuerdo en quién lo recibirá o cómo se repartirán el tiempo de usarlo.
Busquen la equidad
Aunque ellos se pongan de acuerdo, asegúrate de que sean lo más equitativos posible. A veces, los hermanos mayores o de mayor agilidad mental, pueden convencer al otro de que es una buena idea que sea él quien salga favorecido.
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