¡Descubre cómo puedes tomarlo para darle variedad a tu día!
El trabajo, la casa, los hijos, la familia, ¡uff! La vida. Todos los días hay algo que nos abruma y sólo queremos escapar. Tranquila, date un respiro y disfruta de esos diez minutos para ti, con una rica taza de café. Aquí te dejamos varias formas en que puedes probarlo, una para cada día:
Café solo
5 ó 6 gramos de café molido por taza. Esta infusión de agua y café molido es la base del resto de variedades, pero también se puede disfrutar así. Se recomienda una taza pequeña.
Americano
Media taza de café solo y el resto, agua caliente de la cafetera.
Café con hielo
En un vaso con tres cubos de hielo, vierte café.
Café con leche
Sirve café en una taza grande, hasta la mitad, y añade leche caliente. Saldrá espuma por la vaporización.
Cortado
Igual que el café con leche, pero el café debe ir por encima de la mitad de la taza.
Café brulé
Sirve café solo en una taza y añade un poco de brandy. Puedes añadir leche si lo deseas.
Capuccino
Prepara el café con el doble de café molido que indican las instrucciones. Unta una base de chocolate al fondo del vaso, vierte el café casi al borde y cúbrelo con crema. Añade canela en polvo.
Cubanito
En una taza pequeña, vierte un poco de ron. Añade el café y coloca con cuidado una capa de nata (la encuentras en la cremería), cuidando que no se mezcle. Decora con café en polvo.
Escocés
En una copa pon tres bolas de helado de vainilla, añade el café y un chorrito de whisky escocés (ojo: si dice “whiskey”, no es escocés).
¿Cuál se te antoja para esta tarde?
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