Si a ti te gustan los tacones, úsalos y no te disculpes con nadie, pero si vas a conducir, ¡cuidado! Las zapatillas altas y el coche no son un buen combo, y te contaremos por qué.
Razones para no mezclar los tacones y el volante
La superficie de los zapatos de tacón alto no es lo suficientemente amplia para pisar correctamente los pedales del vehículo; si necesitas frenar de improviso, es posible que no puedas pisar el freno con la suficiente fuerza, lo que puede provocar un accidente.
En una emergencia, lo natural (y nuestra reacción instintiva) es apoyar toda la planta del pie sobre el pedal; el tacón alto modifica la postura natural del pie, y en vez de ser plano, se mantiene erguido, y al querer pisar de emergencia el freno, es posible no imprimir la fuerza necesaria, o incluso que al pisar comenzado por el talón (que es lo natural), el tacón nos impida frenar del todo.
Si vas a ir tras el volante, lleva contigo un par de zapatos planos y cómodos que te permitan maniobrar bien y reducir el riesgo de sufrir un accidente.
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